Este domingo estuvo de locura. En la semana había quedado con Nacho de pasar a su casa cerca del medio día para ir a la plaza de la computación en el centro. Llegué pasadas las 12 del día y subí directo a la azotea, en donde tienen su cuarto Nacho y su hermano menor Guillermo, Memo o memín, que apenas en enero pasado cumplió los 17 años, es un chavo hetero que tiene entrega seminal semanal con su novia. Lo sé porque hace año y medio ya andaba con los calentones adolescentes, un fin de semana me quedé a dormir con Nacho y él, y en confianza nos comentaba de los pinches dolores de huevos tras largos ratos de erección a pleno y algunas eyaculaciones, así que con el Nacho y en plan de cuates, lo despertamos por la mañana aprovechando su erección matutina y le enseñamos a ponerse el condón y lo aleccionamos para convencer a su novia de librarle de aquellos terribles dolores. Y que conste para la posteridad que solo le dirigimos las manos, aunque con gusto se lo hubiera puesto, pero el Nacho estaba más que buso con la acción. Así pues, tengo una excelente amistad, comunicación y plena confianza con el Memo.
Mientras esperaba a que su hermano Nacho saliera de la regadera, que me suelta de sopetón la pregunta: ¿Desde cuando te andas cogiendo al Nacho?, y a pregunta clara igual respuesta: Pues ya tiene buen rato de eso, Memo, le contesté. Al menos ya llevan un año de novios, me dijo. ¡No güey, que vamos a ser novios!, aunque andamos en estos rollos desde la bronca del parque, le comenté. El memín abrió tremendos ojos y exclamó: ¡Hay cabrones, eso fue hace casi 5 años güey y yo apenas me las estoy oliendo!. Así es le dije, tu vieja te trae en la lenta, y con lo de nosotros pues se trata precisamente de placer y discreción, de cuates con derechos de acceso al fundillo y al usufructo de la verga, güey. Si serás cabrón, Nacho pone el fundillo y tu le revientas el trasero, me dije en broma, a lo que respondí: Así es, ¿y las mamadotas de fierro que le pongo, acaso no cuentan güey?. Par de putos, de haber sabido que estaban enrollados hasta le hubiera dado chance para sus pinches cochinadas. Y sin esperar a que le contestara me dijo: mira maricón, solo porque somos cuates y traes a mi hermano bien servido, le dices que tuve que ir a ver a Silvia y por favor me esperen para acompañarlos al centro, no tardo más de media hora güey, y cuidado con tronarte a mi carnal, me dijo guiñando el ojo con una sonrisa de complicidad y un gesto de coger con ambas manos y moviendo su cadera. Salió del cuarto apenas unos segundos antes que Nacho saliera del baño con una toalla en la cintura. Yo ya caliente por la plática con el memín, solo atraje a Nacho, le quité la toalla dejándolo desnudo y lo mismo hice con su flácido pene al que entre chupetones abandoné para dirigirme a su huevos, finalmente le dije que teníamos media hora, por cortesía de su hermano ya enterado de nuestras joterías. Y empezamos un rico faje y cachondeo, mientras Nacho me desnudó suavemente, como nunca.
De por sí Nacho tiene un aroma natural muy rico, la frescura de su piel aún húmeda por el baño me incitó y pronto ya le estaba dando su ración preferida de carne, mi verga de 15 centímetros de largo y seis de diámetro que le enardecen. Nos revolcamos en la cama por largos minutos, entre la nube de sensaciones y pasión alcancé a ver al memín de fisgón, espiándonos y disfrutando en pelotas de nuestra cogida mientras le daba con fe una puñeta bien rica a su larga y delgada verga parecida a la de Nacho, la tremenda chaqueta que se estaba practicando fue lo que le hizo descuidarse y que yo pudiera verlo. Así que con más morbo fui dirigiendo la acción con su hermano y dejé que Memo viera como lo tenía ensartado hasta el fondo, como mi pene le entraba y salía con ritmos a veces cortos y acelerados, seguidos de otros suaves y profundos, y por supuesto que también dejé que me viera el culo y las verijas para que se calentara aún más el pendejete, además era imposible para mi no aprovechar aquella situación y dejé brotar mis emociones de exhibicionista. Cuando le comenté al Nacho de como estaba la acción con su hermanito, fue él quién enardeció y vibró como pocas veces lo he sentido y sucedió lo inaudito, que me comienza a masajear el fundillo y a darme masaje anal con sus dedos, yo por supuesto entré en la locura plena, él observaba disfrutando del orgasmo continuado del memín con el que ya había establecido un enlace visual lleno de complicidad. Una cosa es que Memo sepa que su hermano es el maricón del barrio, al que todos se cogen, y otra muy distinta es ver como es Dani quién lo tiene bien prendido mientras él goza a más no poder haciéndole cómplice de su pasión.
Mientras yo arrojaba chisguete tras chisguete de semen en el fondo de su culo, el muy cabrón de Nacho me susurró al oído: Ahora me toca partirte el puto culo, ya lo tienes suavecito pinche joto de cagada, y sucedió lo impensable, lo que siempre imagine pero nunca pensé que sucedería, el siempre pasivo Nacho me dejó ir hasta el fondo sus 18 centímetros de delgada verga virgen e impoluta, a la vez que me decía entre besos, lamidas y chupetones apasionados: Dejemos que Memo disfrute de como brotan y escurren tus mecos de mi culo y del como te estoy cogiendo hasta el fondo güey. Fueron unos pocos minutos los que Nacho disfrutó de su primera cogida activa, pero para mi fueron eternos, fue la realización de mi mayor fantasía sexual, tener a Nacho rascándome el fondo del culo con su rica verga, por eso, al sentir sus espasmos de eyaculación empece a masajear su verga con movimientos acompasados de mi culo; y tuve una gran venida en seco. Y el memín ya no pudo más, abrió la puerta del cuarto y sin más metió su verga en mi boca mientras me decía jadeando sudoroso: Aprovecha pinche Dani de como cogemos en esta familia, nuestros mecos te van a brotar por los oídos y las narices, toma Dani, y empezó a cogerme por la boca llevando su verga hasta mi garganta y en una gran explosión se vino en ella, mientras su delgado pene reposaba estrellando sus huevos en mi nariz, que se llenó de sus deliciosos aromas de macho, cuando memín quiso salirse de mi boca ya no pudo pues yo lo tenía bien agarrado de sus nalguitas ricas y sus macizos muslos de jugador de fútbol, y no lo solté hasta que cesaron sus espasmos y terminó de venirse en mi boca, mientras él se abrazaba a su hermano mayor que también se había vaciado en mí. Solo entonces dejé libre el pene de Memo e inicié la exploración de sus entrepiernas, con lengua y labios saboreé sus huevos y empecé a recorrer sus verijas sudorosas mientras me intoxicaba con sus aromas varoniles, y no paré hasta darle un masaje lingual por todo su rico y virgen fundillo. Fue cuando alcancé a escuchar como decía entre jadeos: ¡Nacho, te cogiste a Dani!, para continuar exclamando: ¡Par de cabrones, pero que rico ha sido ésto!.
¡Guau, entre Nacho y el memín me llevaron al éxtasis, Uf!...
