los chavales gays de su cuna a mi cama

Estas últimas semanas han sido los chavales gays los que con su regularidad me han mantenido en una estabilidad que ya no me acordaba que existía. Para ellos el venir varias veces por semana también significa escapar del control familiar y tener de vez en vez un encuentro sexual tranquilo y sin sobresaltos, algo que en sus casas es casi imposible, pues en las casas de ambos no saben de su condición homosexual, salvo el papá de sergio, el proctólogo que atiende a nacho de las lesiones que arrastra de años.

Pero ni la mamá ni los hermanos de Sergio están oficialmente enterados de su homosexualidad, aunque sergio dice qu uno de sus hermanos mayores ya lo sospecha, eso piensa él por el trato que le da ultimamente, incluyendo algunas insinuaciones de que no habría pedo por una posible homosexualidad; pero sergio quiere seguir encerrado con tres llaves en el closet del vestidor de su recámara, en lo más profundo de su casa.

Tampoco en la casa de Miguel están enterados de que es gay y mucho menos que es gay activo, y vaya lo activo que se ha vuelto el chaval. Y mucho menos sospechan del noviazgo que mantienen Sergio y Miguel, relación en la que yo participo como tercero en concordia, aunque no se por cuanto tiempo. Es curioso, pero en este tipo de trios me siento como en casa, los trios homosexuales han sido casi lo cotidiano y permanente en mi vida gay por más de 5 años.

En cuanto al pedo que los chavales gays traen en sus casas, es algo que jamás he vivido, es por ello que en verdad mantengo una posición muy rígida y cortante, pues creo que a Sergio y Miguelón les debe importar madres lo que sus padres y familias piensen de su vida sexual, y que nadie, ni siquiera sus padres están como para ponerse a decirles como deben coger.

Pero aún están chavos y el pensar en enfrentar ellos solos los chingadazos de la calle les debe apabullar el alma y fruncir el chiquilín a más no poder. Esa situación vaya que yo si la he vivido.