Así que me paré, sin importarme estar desnudo, para ayudarlo a levantarse y me senté en la orilla de la cama acomodando suavemente a nacho en mis piernas y lo abracé, y me puse a calmarlo y tranquilizarlo sin hacer caso de nuestro alrededor.
Y le reclamé a mi abuela.
No te equivoques abuela, no es por falta de autorespeto que digo en voz alta que soy puto, es por sobrevivencia pura abuela, cuando vives en un barrio bravo y cabrón como éste, no te puedes dar el lujo de ser suavecito y modosito, solo te queda salir al mundo a romper madres abuela, o quedas expuesto a lo peor de los sentimientos de la gente, si no me crees, pues pregúntate porqué nacho se soltó llorando por tus comentarios. Hace cinco años, a él lo agarraron entre ocho cabrones del barrio muy machitos, y lo violaron entre todos aquí en el parque, uno por uno, ocho hijos de puta lo penetraron una y mil veces sin importarles el daño que le estaban haciendo, le dije a la abuela, que no se esperaba un comentario de este tipo, y a mi me ganó el llanto impidiéndome seguir.
Pero obvio, como la acción subió de tono en el cuarto, pues que escuchan el borlote mi hermano y mi padre y ya también se habían apuntado al espectáculo nudista, afortunadamente mi hermano entró al quite con mi abuela y siguió con el comentario: Así fue abuela, alcanzamos a rescatar a nacho antes de que medio lo mataran, y eso porque vinieron a avisarnos y salimos con palos y piedras a buscarlo, Dani llevaba un pedazo de tubo de agua y con él le fracturó la quijada a uno de esos weyes, es el tubo que está a la entrada de la casa, junto a la toma de agua, para que el hijo de puta aquel se acuerde cada vez que pase por enfrente, si es que se atreve, pero Dani también anduvo quince días con un ojo cerrado por los golpes, y yo descalabré a otro de ellos y terminé con una costilla rota.
Mientras, yo continué calmando a nacho, que en susurros reclamaba: Tu abuela dijo que aún soy tu muchacho, pues claro pendejo, le dije: Ni manera que seas mi hombre, si apenas te salen unos pinches pelos en la barba wey.
Y ya más calmado, le dije a mi abuela: Por eso juramos entre todos que nunca jamás volvería a suceder algo como aquello a alguno de nosotros, y nacho es nuestro recordatorio, pues le destrozaron parte del esfinter anal y aún ahora no se puede dar el lujo de estreñirse o siquiera pensar en aguantarse de ir al baño, pues corre el riesgo de un sangrado u otro desgarre, y perdona que te hable de tales intimidades abuela, pero cuando nacho me dice hazme el amor con suavidad, no le está pidiendo caricias suaves a su amante, me está diciendo que lo penetre con suavidad y que no lo lastime abuela, pues aún cinco años después le siguen doliendo las heridas; y tu acabas de ver como aún le duele el alma.
Finalmente le dije a mi abuela, yo no tengo problema en no volver a decir en esta casa o en familia que soy puto abuela, pero sí te digo, que apenas salga a la calle y me tope con cualquier imbécil que se quiera burlar o pasar de bonito, lo primero que le digo es que se venga solito a ver si puede con este puto de cagada, y más le vale que si, pues sí se descuida me lo cojo, a él y a cuantos se me pongan enfrente, y si se me vienen varios me voy sobre cada uno de ellos hasta madrearlos, abuela. Y ya después le pediré disculpas a tí o a quién sea por faltarme el respeto a mi mismo.
Tienes razón en defenderte afuera como puedas, pero aqui adentro es diferente.
Yo le dije a sus padres que ustedes dos tenían nahual femenino, o sea que son así, diferentes, porqué ambos tienen nahuala de nacimiento, por eso son especiales, y le encargué mucho a tu papá que no se anduviera con las tonterías de los hombres de que en esta casa puros machos, pues era claro que tenía un hijo especial y mirate tan guapo que estás, y que bonita pareja hacen.
Y concluyó: Y me gusta que te enfrentes a cualquiera y defiendas con entereza a tu pareja, a tu muchacho.
Pero Nacho, memín y yo, aún continuábamos en pelotas frente al mundo, enseñando nuestras peores vergüenzas, pues aquello se te arruga todititito y se hace nada, los huevos se te suben y la piel de los testículos te traiciona y se hace pasa.
Así que cuando la abuela dijo: Pero vístanse muchachos que van a agarrar un resfriado y vengan a almorzar mientras les platico más sobre la tradición de los nahuales y el tonalli, y más cosas de su niñez.
Y de inmediato los tres le tomamos la palabra a la abuela, frente a todos tomamos nuestra ropa y nos vestimos, y juntos pasamos a la cocina a almorzar. Mientras la abuela seguía hablando: ¡Hay como pasa el tiempo!, hace 8 años eran unos escuincles mocosos y ahora les encuentro tan varoniles, guapos y apuestos.
xd q t qr nn.