Y aún más bello fue el despertar apenas amaneciendo, lejos de la compu y el cel, del ipod y el resto de esas cosas, pues por tres días estuvimos sin luz y cuando por fin llegó, ya nadie le hizo caso, si acaso para avisar que estábamos bien y a gusto, a toda madre pues.
Pero el primer amanecer nos tenía reservadas varias sorpresas.
La primera fue despertar en medio de los aromas exquisitos de un rico desayuno que estaba siendo preparado por cristina, la prometida de fidel, así que la primera reacción que los chavales y yo tuvimos fue de verdadero terror y pánico, pensando que en pocos momentos seríamos víctimas de agresiones y tal vez hasta puñaladas de aquella mujer despechada victima de la traición homosexual de su novio - prometido.
Pero para nada, más bien cristina sola se presentó con miguelón y conmigo y viendo como nos cohibíamos con su presencia pues obvio estábamos desnudos, simplemente nos acercó nuestra ropa tras revisar que estuviera libre de alimañas, y la metió al pabellón diciéndonos un simple: Ya vístanse muchachos, que los pitos y huevos descoloridos de la ciudad no son de mi interés; y se puso a tortear, a hacer tortillas de masa de maíz con las palmas de la mano.
Y con nuestro movimiento despertaron sergio y fidel, y otra vez nuestro pánico pensando en la seguridad de los genitales de sergio, pero cristina siguió en lo suyo, acercó la ropa de los chavos y cuando se levantó su novio, le saludo muy cariñosamente, y nosotros con cara de: Oh my god, and what is this.
Del desayuno fueron unos huevos con chorizo ahogados en una salsa de jitomate, cebolla, cilantro y chile serrano o pico de pájaro, frijoles de la olla apenas fritos con aceite, cebolla y epazote, y con queso fresco desmenuzado, las tortillas gorditas recién salidas del comal y el imprescindible café de olla.
Pero el primer amanecer nos tenía reservadas varias sorpresas.
La primera fue despertar en medio de los aromas exquisitos de un rico desayuno que estaba siendo preparado por cristina, la prometida de fidel, así que la primera reacción que los chavales y yo tuvimos fue de verdadero terror y pánico, pensando que en pocos momentos seríamos víctimas de agresiones y tal vez hasta puñaladas de aquella mujer despechada victima de la traición homosexual de su novio - prometido.
Pero para nada, más bien cristina sola se presentó con miguelón y conmigo y viendo como nos cohibíamos con su presencia pues obvio estábamos desnudos, simplemente nos acercó nuestra ropa tras revisar que estuviera libre de alimañas, y la metió al pabellón diciéndonos un simple: Ya vístanse muchachos, que los pitos y huevos descoloridos de la ciudad no son de mi interés; y se puso a tortear, a hacer tortillas de masa de maíz con las palmas de la mano.
Y con nuestro movimiento despertaron sergio y fidel, y otra vez nuestro pánico pensando en la seguridad de los genitales de sergio, pero cristina siguió en lo suyo, acercó la ropa de los chavos y cuando se levantó su novio, le saludo muy cariñosamente, y nosotros con cara de: Oh my god, and what is this.
Del desayuno fueron unos huevos con chorizo ahogados en una salsa de jitomate, cebolla, cilantro y chile serrano o pico de pájaro, frijoles de la olla apenas fritos con aceite, cebolla y epazote, y con queso fresco desmenuzado, las tortillas gorditas recién salidas del comal y el imprescindible café de olla.