El domingo pasado, 17 de Enero, hace ya un mes que no acompaño a mi madre a la iglesia, como lo acostumbré por varios años, aunque desde mi regreso de vacaciones todos los domingos la he esperado para juntos rezar un rosario cuando regresa de la primera misa del domingo, que ella llama misa de gallo.
Ahora, adicionalmente, el exceso de trabajo en lo que va del mes finalmente hizo que no pudiera despertarme el domingo para recibir a mi madre cuando arturo, que la sigue acompañando, la trae de regreso antes de ir a trabajar en la micro.
Fue memo quién oyó cuando llegaba arturo trayendo a mi madre, y aún estaba vistiéndose cuando mi madre entró al cuarto y vio que yo dormía profundamente; y memín le dijo a mi mamá que él iba a rezar con ella, pues yo estaba frito por la chamba, y así, memo rezó con mi madre, tal como yo le prometí que lo haríamos;
Cuando yo me desperté, ya la ropa estaba lavada y tendida, el desayuno preparado, la casa arreglada. En lo que va del año, memo, silvia y yo acordamos que los martes nos veríamos en el cuarto de la azotea y los viernes aquí en casa, y memo después de sus juegos pasa sábado por la noche también conmigo en casa.
Por sus actitudes y mucho más, mi madre lo adora tanto como yo le amo.
También las entradas de los blogs se han visto afectadas, pues ya no pude seguir desarrollando sobre los días que pasamos en el rancho; así que están sujetas a disponibilidad de tiempo, pues en el trabajo me traen bien asoleado y para colmo ya se viene el período de estudio en la universidad.
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