El 24 después de las tres de la tarde finalmente llegaron nacho y rubén, así que tuvimos oportunidad de convivir con la familia de nacho y que amablemente nos llevaron pavo, pierna, chiles rellenos, ensalada vegetal y de frutas y una pierna de sidra para que pasáramos una bonita nochebuena, una pierna de aguardiente local y seis big colas, o sea que la nochebuena ya pintaba de carácter fuerte. Una hora después nos dimos los abrazos de navidad y los familiares de nacho se retiraron para ir a casa a su celebración.
Lo primero que hicimos fue meter a la poza la pierna de sidra y los chescos, para mantenerlos a buena temperatura, y ya estando en la poza aquello terminó en baño y desmadre generalizado entre los cinco y siguió hasta que empezó a oscurecer y nos fuimos a la casita a poner ropa seca y colgar la húmeda.
Hasta ese día fue que le agradecimos al papá de sergio el habernos puesto a cada uno una inyección de complejo de vitamina B, o algo así, bien dolorosa, pero en el trayecto de la poza a la casita nos dimos cuenta que los moscos apenas llegaban a la piel para picarnos y en chinga salían volando, aunque la piel comienza a saber a vitamina, lo cual amarga un poco los placeres cutáneos.
Y llegó la luz y la música, y todo bonito, pero como yo no tomo o casi, entre la sidra y una, dos o tres cubas de aguardiente, pues hasta allí llegó mi celebración de la nochebuena. me desperté para el ritual del café de olla, pero los cuatro aún seguían en la cena chupe.
El 25 fue el recalentado con mi familia, y mi abuela nos confirmó que a partir del día siguiente comenzaba nuestro curso de introducción a las costumbres familiares.