El capricho de memín

Así es, memín estaba el domingo pasado en el acelere total, encaprichado con la posesión y usufructo de mi ano, creo que se encontraba metido en una especie de reivindicación familiar, no solo por haberse enterado de que llevo más de cinco años como la principal pareja activa de su hermano Nacho, porque no soy el único, ni mucho menos; y por haber presenciado apenas un rato atrás como su hermano tenía mi miembro totalmente incrustado en su culo y ver como llegaba hasta el orgasmo anal.


Recuerdo que nuevamente empezaba a tomar conciencia tras un explosivo coito con el memín, me puse a paladear su entrepierna y le escuche decirle a su hermano del como estaba disfrutando la experiencia, y le reiteraba casi maravillado de como había asumido la parte activa en nuestra relación, creo que tal vez fue eso lo que le provocó algún sentimiento de admiración muy especial para con su hermano mayor y le imbuyó en aquel estado de euforia sexual, pues a continuación, memín me tomó por los pies, que aún estaban reposando en los hombros de Nacho y viéndome con una mirada enmarcada en su cara absolutamente libidinosa me sentenció a probar la mejor parte de su humanidad, me dijo que su rabo iba a ser introducido en lo más profundo del interior de mi orificio anal. De ésta todavía no te libras Dani boy, continúas bajo el control de los M. N., que son sus apellidos, me dijo memín ante la total complacencia de su carnal que le ayudó a sostener mis piernas al aire, mientras memín tomó los restos de mi semen que escurría por la entrepierna de su hermano, y junto con el semen de su propio hermano que brotaba de mi ano, se lubricó su fierro y procedió a dejármela ir hasta el full.

Yo solo atiné a rodear su espalda con mis piernas y pies, y le aprisioné con ellas manteniendo su pene totalmente en mi interior, a la vez que le atraía con ambas manos hacia mi para disfrutar de sus labios que no dudaron en corresponderme a pesar de ser su primera experiencia homosexual. Y memín empezó con sus movimientos constantes y profundos de mete y saca sus 18 centímetros, mientras yo nuevamente empezaba a navegar en el limbo del placer anal. Una a una fuimos probando todas las posiciones mientras memín continuaba machaconamente limando mi interior con su rico miembro, los minutos pasaban lentamente y memín continuaba sin descanso y sin mostrar signos de cansancio, dándole placer a mi ano con una sorprendente fe y resistencia insospechada. Fue Nacho quién primero comprendió la profundidad del momento entre su hermano y yo, y nuevamente tomó la iniciativa y empezó a darle masaje anal a su hermano, pronto su dedo cordial estaba estimulando el botón rectal del memín, que aún tardó más de cinco minutos en explotar espectacularmente en mi interior; de tal magnitud fueron sus espasmos y estertores eyaculatorios que provocaron en mi interior una reacción que me llevó a una nueva eyaculación en seco, es decir, sin más estimulación que la que analmente me proporcionaba su reacción incontrolada, un orgasmo desatado por su propio hermano, que le llevó a interminables jadeos mientras su cuerpo expulsaba innumerables chisguetes de semen en mi interior. Mientras, se aferraba a mi en un inolvidable abrazo y un fogoso y prolongado besuqueo y chupeteo de lengua, labios, pasando por mis orejas, ojos, cuello y senos. Y reposó su cara sobre la mía acompañado de un abrazo, al concluir tomó mi cara entre sus manos y con una suave serie de besos, acercó su boca a mi oído y suavemente me dijo, gracias Dani, me has proporcionado el mayor placer que he sentido en mi vida, es que estás para el placer memín, le dije y lo sentencié: y aún te falta sentirme totalmente dentro de ti, a lo que solo me respondió con una enigmática sonrisa y con otro suave beso me dejó reposar retirando su cuerpo del mío.


Fue entonces que sonó su celular, era Silvia su novia, que muy molesta le reclamó por tenerla esperando más de una hora, afortunadamente ya estaba lloviendo y ese fue el pretexto ideal, pues de otra forma sin duda hubiéramos sido sorprendidos en pleno gozo sexual, menuda situación hubiera sido encontrar al par de carnales tronándome el trasero. Tras unos pocos arrumacos de memín, concluyó la llamada y con una mirada de lo más pícara me dio otro suave beso, mientras tomó a su hermano por el brazo y los tres nos metimos a bañar.