Este viernes pasado, como no queriendo la cosa me aparecí en el cuarto de memo, cuando apenas acababa de llegar Silvia. Es más, debo confesar que Silvia y yo llegamos juntos, y yo esperé cinco minutos en mi casa antes de ir a encontrarlos en el cuarto de la azotea; los encontré metidos en una plática cualquiera.
Así que entré, y para evitar molestias cerré la puerta del cuarto ante la mirada de extrañeza de memín, que por supuesto no esperaba verme en su cuarto sino hasta el sábado por la mañana, tal como ya habíamos quedado.
Le dije hola y le planté un beso en verdad cachondo, digno de una pareja de chavos gays, y sin más fui con Silvia y también le planté tremendo beso de lengua trenzada y chupeteada, fue de antología, pues apenas y ya resollando le pude decir, hola amor, como has estado, y continué con el faje que ella de inmediato me respondió de manera expléndida. como si ya lo hubieramos ensayado previamente.
Guillermo se quedó parado, sorprendido ante aquella escena que se estaba desarrollando frente a él, mientras Silvia y yo lo ignorábamos deliveradamente, y continuamos con nuestro cachondeo que para esos momentos ya nos había levantado la temperatura corporal lo suficiente como para empezar a despojarnos de nuestra ropa, prenda por prenda, con un ritmo suave y cadencioso, y memo seguía paralizado, incrédulo, su novio gay le estaba dando baje, su novio gay frente a él ya tenía desnuda a su ex novia y presunta nueva amante, y ambos se disponían a hacer el amor en su presencia, ignorándolo, haciéndolo a un lado.
Yo teniendo ya la más sabrosa erección le frotaba y repegaba la verga a Silvia, que se metió de lleno en el momento erótico que vivíamos, hasta que llegó el momento en que tal como lo habíamos pensado el míercoles anterior, nos olvidamos de todo nuestro alrededor, incluyendo a memo, y nos dedicamos al amor, a disfrutar de aquel momento de pasión incrementada por la presencia de memo, así que la cargué y con suavidad la llevé hasta la cama de nacho, y continué encendiendo la pasión de Silvia frente a memo, hasta que ya no pudo más y exclamó:
¡No sean cabrones!, ¡no me dejen aqui como pendejo!, exclamó memín aún sin reponerse de la sorpresa y esperando alguna reacción de nuestra parte, yo alcance a oir su comentario entre las sensaciones del frenesí sexual al que estábamos llegando Silvia y yo, y mirando a Silvia a los ojos vi en ellos su aceptación total y entonces, mientras penetraba a Silvia con un movimiento duro y profundo, a la vez pude preguntarle a memin entre jadeos de pasión, ¿Cariño, desde cuando necesitas invitación para hacer el amor con Silvia tu novia desde siempre, o con Dani tu novio gay?; y rematé la provocación a memín: ¿En verdad estás esperando a que te invitemos a que nos hagas el amor, memín?.
Mis preguntas fueron una verdadera bofetada física y emocional a memín, que finalmente se acercó a nosotros exclamando: ¡Por supuesto que no necesito invitación!, ¡mirense par de cabrones!, ¡ponerse a coger frente a mí sin decir agua va!, al tiempo que empezó a aflojarse la ropa para desnudarse, pero lo alcance a detener, tomándolo de la hebilla de su cinturón y lo atraje con fuerza hacia nosotros, hasta que quedó junto a mí, entonces cargué a Silvia y me hinqué frente a ella, mientras ella con sus piernas rodeo mi cintura y entonces atraje a memín y le besé en la boca con fuerza, y empecé a desnudarlo con movimientos bruscos y violentos, propios de la urgencia de sentir su piel desnuda acompañándo aquel momento de pasíon salvaje que ya vivíamos Silvia y yo.
