nacho y Rubén la nueva pareja gay del grupo

A rubén lo conocí en el metrobús, y ya estábamos en la etapa de ligue visual posando uno para el otro, compitiendo por mandar sonrisas, besitos y demás arrumacos, cuando de repente un día se me aparece en el piso del instituto en donde trabajaba encargado del servicio de limpieza y apoyo en general, él llegó buscando a mister A, un maestro investigador y que es catedrático en la facu donde rubén estudia y como ya está haciendo su servicio social, el maestro le pidió que lo apoyara un día por semana en su investigación; o sea trabajo de esclavos como el mío.

Y yo casi me cago del pinche susto de ver a tremendo forro de macho llegando a mi chamba; y tomando las cosas con más calma y agradeciendo a los dioses de mis antepasados por poner frente a uno tales manjares que ya venía paladeando a diario en el metrobús desde casi dos meses atrás, luego luego me apunté a preguntarle si le podía ayudar en algo, y el click total con aquel portento natural. Desnúdate, me dijo sonriendo el muy gandalla, sabiendo que no podía contestarle de mal modo, así con mi más cándida sonrisa insistí en preguntarle a quién buscaba, y le llevé con mister A responsable de su servicio social, más tarde mister A me dijo que le diera el tour de introducción al instituto, y apenas estaba dejando cubeta y trapeador, cuando rubén entrecierra la puerta, baja el cierre de mi overol, y se pega como becerro de año a ponerme la mas rica y vertiginosa de las mamadas que disfruté en el año pasado.

Ese tipo de chupetones significan más que establecer una relación, así que le empecé a disfrutar no solo en el metrobús, sino cada semana en el trabajo. Al poco tiempo me invitó a la primera presentación de carmina burana en el auditorio, y como tenía tres boletos de cortesía, le dije que conocía a un chavo que le gustaría ir y así fue como le presenté a nacho, que nos acompañó; y desde entonces son pito y culo, si, rubén y nacho embonaron como el perfecto complemento de uno para el otro.

Y por primera vez en más de siete años, nacho y yo no andamos juntos y el placer de hacer el amor con nacho se transformó en un sueño que incluyó a rubén; en el que por algunos momentos participo con plena intensidad y en todo momento disfruto de su cariño y amistad. Ahora nacho tiene sus ojos, piel, cuerpo alma y corazón envolviendo a rubén, y éste le devuelve cada beso, caricia, gesto y pensamiento convertido en miel; lo cual es bello, pues ambos chavos se lo tiene más que merecido.
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