Poco después del mediodía quedamos de acuerdo en esa noche darnos un par de horas para nosotros, de 8 a 10.
Así que me lancé a casa y estuve ordenando las entradas de los blogs, preparando otras y a las 8.15 de la noche apague el radio de internet y la compu, y salí volando a casa de memo a la vuelta de la esquina. Silvia aún no había llegado al cuarto de la azotea, pero no la esperamos, pues si de algo tenía deseos era de estar con memo.
Y por primera vez la parte principal queda olvidada y relegada, pues las tres partes por fin han logrado una plena concordancia, algo que se ha convertido en extraordinario y maravilloso amor, pasión y entrega, una comunión tripartita que me reconforta y tranquiliza.
Apenas una hora después ya estaba enjabonando los cuerpos de memo y silvia, y antes de las 10 de la noche, nos acordamos de los reyes magos y cargamos con los últimos regalos para los sobrinos
.