Empezamos con los masajes la mañana del sabado, cuando lo trajo memo después del juego, así que los tres nos metimos al baño de mi cuarto y ese día le di masaje primero con agua caliente y posteriormente con la loción milagrosa, ese día salió con muletas y vendado, incluso lo llevaron en carrro a su casa.
inicialmente le dije que nos veríamos hasta el lunes, pero ya con calma le estuve pensando y el domingo aún de madrugada, antes de que memo saliera a misa acompañando mi madre, le dije que era conveniente que ese mismo día por la tarde le diera otra sobada, para ver como va su lesión. Así que después de ir a ver los juegos del domingo, memo se lanzó a casa de hector para llevar las primeras cosas para la sobada que le daría yo esa noche.
Ya por la noche llegamos memo y yo a casa de hector y estuvimos poca más de media hora, en que primero calenté bien su vientre y torso que salió muy rápido, no así su pierna y muslo, por lo casi me concentré en ellos pues son los más castigados, tal vez el torso ya no requiera otra sesión de sobada, pero el muslo se va a llevar toda la semana y la pantorrilla serán al menos de tres a cuatro días.
Mientras yo me concentraba en la sobada, el par de chavos, memo y hector agarraron su ritmo de plática prácticamente ignorando que yo estaba allí, así que seguí siendo invisible para ellos, que empezaron a hablar de fútbol, de las jugadas, de sus amigos. jamás me imaginé la gran relación que llevan ambos chavos y como, al igual que lo hace conmigo, también con hector mantiene esa comunicación no verbal basada en miradas y gestos; mientras hector y yo mantuvimos una comunicación estrictamente profesional pues el chavo ya aprendió a soltar el cuerpo y con facilidad lo pude manejar, haciéndolo girar, acomodarse, etc.
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